La novela que todo viejo verde y pendeja curiosa deberían leer

Monos con navaja de Gastón Hache Almada

 ¿Novela de acción, cohetes, romance, celulortos rotos, murgas, heladerías perdidas, villeros, sexo, reggaetón,  viaje, erotismo, moral?

Monos con navaja es una novela de lectura rápida, quizás demasiado rápida. Aquí los acontecimientos caen como baldazo de agua fría, no hay descripciones tediosas de cosas que poco podrían sumar al asunto. Horacio Quiroga en su decálogo del cuentista perfecto nos dice “toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final” aquí esa regla se cumple a rajatabla, no hay distracciones, no hay personajes secundarios haciendo sombra.

Marginalidad porteña tan real que por momentos podemos “ver” al propio escritor fundirse en personaje, un juego que varios han jugado pero del que pocos han salido airosos. “¿Será que solo quiero escribir esta novela y para eso debo involucrarme desde los extremos?”.  

Flasheo lo que quiero, la bizarra realidad no tiene remedio y si esto fuera una reseña comenzaría así: “su literatura es una excusa para transgredir límites”. En monos con navaja dos cuerpos se encuentran desenfrenadamente para cumplir sus más surrealistas fantasías y llegar a la conclusión que del miedo y la inseguridad, donde conoces la libertad y la satisfacción, nadie puede salir indemne sin quedar atrapado en alguna de sus consecuencias.

Podría afirmar sin temor a equivocarme que para Gastón Hache Almada la ficción es su única realidad.

AlterarteStuDios  la editorial porno terrorista pone en nuestras manos esta joyita de la literatura argentina.

En fin. Eso no más, me voy.

Ale Chiri